Intensifica tu vida con la “Asociación libre”

Paseando, durante un día sin nubes me encuentro súbitamente un cable de tensión cortado en el suelo. Tiene corriente, si lo piso, me muero. Justo tras sortearlo mi cerebro piensa en niños saltando a la comba en un lugar bucólico con el peligroso cable de tensión. Al poco rato, llego a donde una fuente y aparece espontáneamente otra asociación: Es de noche en la fuente, que ahora trae agua negra y una anciana sombría me mira bajo una farola. No me dejo perturbar por este pensamiento mientras arranco a subir una cuesta, sigo con mi paseo, solitario, hasta que oteo a una chica al fondo. Apenas me fijo en ella, nos cruzamos y nada más, pero como yo vivo en mi cabeza se me repite la escena, veo sus ojos y siguiendo una lógica onírica, presiento que me ofrece una invitación sexual que yo acepto girando la esquina de la calle. Yo llamo a estos sucesos “Asociaciones libres” y las considero la única forma real de tener pensamientos inteligentes. Ante algún listo puede parecer que no hay mucho de provecho en estas anécdotas pero para mí son la demostración de un mundo interior que solo se presenta durante estos momentos y que me informa de aspectos que veo en el mundo. En el primero reconozco un peligro animal que subyace en un mundo bello, la fuente me da frío, pozos de lo oculto, la decrepitud y el miedo a los extraños. El tercero una tensión sexual, excitación provocada probablemente por el ejercicio.

-¿Y consideras esto inteligente?

-Hombre, que sí, de aquí sale todo chaval. Le diría al sujeto que pregunta.

De aquí salen las artes todas, los teoremas matemáticos y la solución que se le ocurrió a tu primo Juan cuando no le iba la vitro y se frió un huevo en el radiador de su madre. Estas ideas tienen valor porque surgen en libertad, sin restricciones sociales, personales, ideológicas etc. Al principio me limitaba a aceptarlas según aparecían pero a medida que fui forzándome a crear más voluntariamente, más fácil resultaba, luego lo que necesitas es el valor de expresarlas, ya que te encuentras con el miedo a decir chorradas (que es aquello que realmente te hace decir chorradas) o el miedo a tí mismo. Claro, yo aquí me encontraba en un verdadero furor expresándole a todo el mundo mi descubrimiento (hasta me puse a escribir un artículo para un periódico), pero a más lo contaba, más me daba cuenta de la autorrepresión que enferma a la gente que me rodea ya que cuantas menos ideas propias tienes más hueco queda para las ideas ajenas, solo tienes que ver los aviones a Turquía por ejemplo.

De esta forma me di cuenta de que puedo celebrar mi cumpleaños con una tortilla en lugar de un pastel, esconder dibujos por la ciudad o dejar de sentir vergüenza del cuerpo humano e ir desnudo por la calle (es legal, búscalo). Que cada cual haga lo que considere pero no lo que consideren otros por él, dejemos de ser nuestros propios carceleros, hombre, que ser adulto no significó nunca ser gris, ni estúpido.

A modo de cierre, dejo una lista de asociaciones libres que recopilé con mis amigos:

  • Unos zapatos que estimulen un punto de podo-acupuntura que favorezca las erecciones.
  • Un bolígrafo que solo escribe una palabra.
  • Un botón de “A lo mejor pagas con Klarna” (50%/50%).
  • Cenar a la hora de comer y comer a la hora de cenar. Si eres muy radikal puedes intercambiar merienda y desayuno también.
  • Dedos falsos para probar cómo quedarían los tuyos cuando tienes pensamientos intrusivos.
  • Adiós a las ruedas feas, hagamos ruedas con forma de nube.
  • 12 pruebas de Hércules modernas, la primera es hacer una web en wordpress.
  • Prenderle fuego a un diccionario de 500 páginas que solo tenga escrita la palabra “antiguamente”.
  • Llamar al espejo “El reafirmador”.
  • Un documental sobre lo que se encuentra dentro de los libros de segunda mano.

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